29 de diciembre de 2009

Enjoy

Hoy la lluvia me tomo entre sus húmedos brazos al momento en que volvía de mi semanal sesión de tranquilizante espiritual. Mis pies empapados, encerrados en plástico blanco, jugaban en los charcos que cruzaba, y se divertían mis deditos, chapoteando entre los torrentes del agua que cayó del cielo.
Uno, dos transportes me arrimaron a destino, resguardandome de más y más gotas cálidas. Una, dos, tres cuadras recorriéndolas entre charquitos, saltos y sonrisas. Oliendo esa perfecta conjunción entre lluvia y tierra, aroma a ozono, dirían los libros. Olorcito a lluvia, diríamos vos y yo. Olorcito que siempre, siempre, me roba una fugaz, sincera y espontánea sonrisa, en la que destellos metálicos se asoman detrás.
No me importo mojarme, no me importo tener un poquito de frío, realmente disfrute de caminar, como hace mucho tiempo no hacia, bajo la lluvia.

1 comentario:

Asturiela dijo...

y que bueno que no te importa mojarte! porque la lluvia es una muestra hermosa de la vida que hay. esas miles de gotas que se suicidan para dar vida. la lluvia es mucho para mi, es una poesia en constante renacimiento y me pilla de alegria la cabeza que haya personas que compartan ese gusto :) tus textos son sencillos y bellos, captan la escencia de eso que nos pasa estando vivos. te sigo. me seguis?

Orgullo

Orgullo
(sin prejuicio)