14 de diciembre de 2009

Es lo que me toca / Barco de cristal.

Vacío, oscuro, profundo, casi infinito. Me atormenta y no lo puedo olvidar. No me deja siquiera intentarlo. Cada día el agujero en mi corazón crece, se alimenta de mis dudas y especulaciones, y va de la mano con mi angustia constante.
No puedo deshacerme de él, no puedo y en cierto punto tampoco quiero. Me lastima, lo se. Me lastima muchísimo en cada oportunidad que se hace presente en mi. Me lastima porque yo me dejo lastimar, me dejo morir en sus manos. Manos tibias, ahora frías. Frías como lo que quedo de nosotros: simplemente pedazos, dispersos, intentando ser olvidados.

Para colmo busco en mi mente, en mi memoria que tanto ejercito para no olvidar ni el más mínimo detalle, busco todo el tiempo en tu archivo personal y exclusivo cada una de las canciones que me ligan constantemente a vos, cada situación que me retrotrae a algún momento juntos, cualquier detalle por mas mínimo y ordinario que sea, tiene relación con vos, con nosotros, y permanentemente busco recordarlo, aunque me duela. Es un pasado que paso a ser solo mio, ya que decidiste dejarlo ir, así como una hoja suelta en en viento, a la deriva nos dejamos ir y nuestro barco, frágil barco de cristal, finalmente encallo. Y aquí me quede, intentando cuidarlo, intentando, en vano, repararlo, mientras veo como se astilla, se desmorona y desaparece lentamente frente a mis ojos.
Me enjuago las lágrimas una vez mas e intento abandonar el barco, como hiciste vos. Pero miro hacia abajo y encuentro una gruesa cadena que me une a él, una cadena grabada con miles de palabras hermosas, promesas e imágenes que no se borraran facilmente.
Finalmente, agotada, me siento a un lado de nuestro barco y me dejo morir, con la esperanza que algún día las cadenas se corten.

No hay comentarios:

Orgullo

Orgullo
(sin prejuicio)