25 de enero de 2010

Travestidos

El editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum, cuestionó a este diario en su columna habitual del martes pasado al afirmar: “Se proclaman opositores, originales, cuando son apenas travestidos”, por las notas que aquí se publican sobre la contaminación generada por la empresa Papel Prensa en la localidad de San Pedro.

Sobre la materia de la acusación ya respondió Jorge Lanata. Quizá sea interesante detenernos también en la elección de palabra del señor Kirschbaum: “Travestidos”.
Es un lugar común del discurso político llamar travestismo al acto de disfrazarse de lo que no se es, mostrar una segunda cara, mentir. Se acusa a un dirigente de travestismo político porque esconde sus verdaderas ideas, porque es falso, no auténtico.

Las personas trans, que en este país siguen teniendo negado –entre otros– uno de los derechos humanos más básicos como es el derecho a la identidad, sufren también cotidianamente el maltrato simbólico del lenguaje.

Ya no se trata sólo de cuando ciertos medios (Clarín es uno de ellos) desprecia la elección de sexo y llama “los” travestis a quienes son “las” travestis, sino algo mucho más ofensivo: usa la palabra “travesti” extrapolada a otro discurso, a otro contexto, con el sentido de falsedad. Ser travesti es un engaño, es un cambio oportunista.

El lenguaje nos juega malas pasadas.

Usamos el adjetivo “negro” cada vez que queremos decir que una cosa es mala, ruin. Un panorama “negro”. En el lenguaje común, “negro” significa también pobre, dicho de manera peyorativa. Decimos “maricón” cuando queremos decir cobarde, o “no seas puto” cuando le reclamamos a un hombre que tenga coraje, que sea valiente.

Distinguimos a los piqueteros de la gente.

Decimos que “un boliviano asaltó a un hombre en pleno centro”, pero si el asaltante es argentino o de alguna nacionalidad europea no parece relevante el gentilicio.

Hacer un medio de comunicación implica una responsabilidad social. Utilizar el lenguaje en forma discriminatoria no le hace ningún bien a la democracia
.

Articulo extraido de www.criticadigital.com, escriito por Bruno Bimbi. http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=2984%20

1 comentario:

Pablo Y. Abdala dijo...

Carajo, que chabón sensible. Me gustó de todas formas.

Orgullo

Orgullo
(sin prejuicio)