2 de junio de 2011

Consonante.

Señora Seguridad, ¿soy solo un santo? ¿o siquiera sigo su sombra? Solamente sabemos si sos superficial, sacristán. Y si sos superior, solamente supondremos.
Parece pecado, pero prestar parcialmente el pulso, puede posponer para el pasado pudorosas palabras. Padre, préstame pocas píldoras y poleras, que puede pasar Pedro pisando piedras. ¡Pícaro, parece pícaro el payaso pudoroso! Tímpanos y timbres taladran el tiempo. Tambores y tragedias tapan trastornos. Tu tía Teresa toma tu talco, y tamborilea entre todos tus tamales.

¿Todo tranquilo? Tengo temores también, tengo tumores. ¿Todo tranquilo? Tengo tu trompa, tengo tu trampa. Todo tranquilo, todo.

3 comentarios:

Thomas Lommío dijo...

Compañeros, colegas:
Con cartas comenzaré contándoles ciertas cosas:

Carlos cruzaba calles con cuidado. Caminaba contento, cantando canciones (cantaba cualquier cosa... como Cristian Castro). Circulaban ciudadanos clamando: "¡cornudo, callate!", Carlos contestaba: ¡Carajo, cálmense cretinos!
Cuando conseguía calmarlos, contemplaba cómo curas católicos, con crucifijos colgados, conducían camionetas carísimas. "Cristianos canallas", concluía Carlos, cabizbajo.
Casi casualmente coincidió con Cintia.

Cintia: Clásica, común, chistosa, cachetes colorados, cabello castaño cepillado, cartera color coco, camisa con cuellito celeste, calzado cómodo. Con calor, correteaba como cualquier chica.

Cuando Cintia cursaba carreras contables, Carlos curraba como comerciante. Cual caballero, consideró conquistarla. Carlos compartía cosas copadas con Cintia. Comían caramelos confitados, consumían Coca Cola, comentaban comedias cinematográficas.
Cuando Carlos cobró, compró collares. Completamente carismático, consiguió chamuyarla. Cada cual coqueteaba, conteniendo caricias. Carlos celebraba chistes con Cintia, contándole cuentos, citando Cortázar (como corresponde), casi confundido como cualquiera.

Cenaron. Cintia cocinó canelones caseros, comieron como caballos, conversaron con confianza. Chaparon. Concertaron citas. Como consecuencia, Cintia concibió cuatro críos... Consideraron casarse.

Carlos, Cintia... Caso curioso.


Cuento concluído.

Con cariño.
C.

Thomas Lommío dijo...

(lo escribí hace mucho y ahora me tenté de comentarlo cuando vi tu post). Creo que debo tener otro con la letra D.

Inspirado por el cuento 'E'
de Leo Masliah.

Saludos!

Anónimo dijo...

pablito clavo un clavito que plablit... concha, ya me trabe.

Orgullo

Orgullo
(sin prejuicio)